
El desgaste dental es la pérdida de estructura dental causada por el envejecimiento dental, el contacto incorrecto entre los dientes, el apretamiento inconsciente (bruxismo), por patologías o por malos hábitos. En la clínica nos consultan habitualmente pacientes con desgastes dentales que quieren recuperar la dimensión de sus dientes y mejorar su sonrisa.

¿Cuáles son las causas del desgaste dental?
- Envejecimiento dental. Al igual que las personas los dientes también envejecen: se vuelven más oscuros, se fisuran y aparecen grietas en el esmalte.
- Cepillado dental excesivo. Cada persona se cepilla los dientes con una intensidad diferente. Si la fuerza es excesiva o el cepillo demasiado duro vamos a lesionarnos. En estos casos es aconsejable usar cepillos eléctricos con sensores de fuerza.
- Bruxismo. El bruxismo o apretamiento dental es un habito perjudicial para el sistema masticatorio. Crea grandes desgastes cuando además se mueve la mandíbula de forma inconsciente. En general, está asociado a etapas de más estrés e hiperactividad en nuestro día a día.
- Maloclusión. La posición incorrecta entre los dientes superiores e inferiores hace que se desgasten aquellos que soportan más fuerzas y los que tienen malos puntos de contacto.
- Trastornos alimenticios y reflujo. La anorexia y la bulimia llevan al paciente a vomitar de forma recurrente causando erosiones dentales en las caras posteriores de los dientes. Lo mismo ocurre con el reflujo de los jugos gástricos.
El paciente suele experimentar la desagradable sensación de sensibilidad dental, recesiones gingivales y pigmentación amarillenta en las zonas desgastadas.
Tratamientos para el desgaste dental
Siempre evaluamos las causas del desgaste para llevar a cabo el tratamiento más idóneo. Si hay una maloclusión que haya acelerado el desgaste, recomendaremos realizar un tratamiento de ortodoncia previo al de restauración dental. Así, conseguimos repartir las fuerzas de oclusión proporcionalmente entre todos los dientes y posicionarlos correctamente entre sí, minimizando los desgastes.
Para reconstruir la estructura dental perdida utilizamos tres tipos de materiales:
- Composite: Disponemos del material en la clínica y está indicado para desgastes pequeños. También está el composite reforzado de laboratorio para desgastes intermedios, restauraciones conocidas como incrustaciones de composite.
- Cerámica: Indicada para desgastes más severos, dada su alta resistencia. La cerámica tiene las mejores propiedades de adhesión, de ahí que esté indicada para realizar carillas o incrustaciones:
- Carillas de cerámica: son finas láminas que van adheridas a los dientes de las zonas anteriores (las más visibles), mejorando su tamaño, forma y color y protegiéndolos de futuros desgastes.
- Incrustaciones de cerámica: Son fragmentos o bloques que se diseñan para cubrir la parte del diente perdido y devolverle así su función. Normalmente se colocan en dientes posteriores, aunque si los anteriores han perdido mucha estructura, se colocarán en la parte de detrás y las carillas en la parte de delante.
- Circonio: Se utiliza para dientes que tienen muy poca estructura remanente, ya que es el material más resistente. Se diseñan en forma de corona dental para abrazar todo el diente.
Para desgastes severos y generalizados que precisen de una rehabilitación completa, realizaremos un diseño digital previo y lo imprimimos en una maqueta de cera para probarlo antes de fabricar la cerámica y/o circonio. Esto nos permite obtener resultados más precisos y estéticos.
En la mayoría de casos se realiza una férula de descarga al finalizar el tratamiento para conservar los resultados. La férula es un dispositivo de resina dura transparente diseñada para absorber las fuerzas masticatorias y proteger los dientes.

Por último, también suelen ser beneficiosos los ejercicios de fisioterapia de la articulación temporomandibular (ATM) y terapias de relajación tales como el yoga para la relajación de los músculos de la cara.
Clasificación desgastes dentales
Erosión: es la pérdida de estructura debido a agentes químicos como bebidas carbonatadas, jugos ácidos o el vinagre. En estos casos aparecen surcos amarillos y marrones en los dientes.
Abrasión: es el desgaste por causas mecánicas como un cepillado muy agresivo o el uso de palillos.
Atricción: es el desgaste de las superficies masticatorias como consecuencia del mal contacto de los dientes de arriba y de abajo, lo que hace que el diente pierda su forma natural y dificulta la trituración de los alimentos.
Abfracción: cuando la lesión se encuentra en la parte cervical del diente y ocurre en personas bruxistas.